Es como un mousse de chocolate pero sin mantequilla ni nata, que creo que es lo que lo hace diferente.
Solo lleva 3 ingredientes, huevos, azúcar y chocolate, como en casi todas las recetas cada uno le pone más o menos azúcar y chocolate. Yo hice 6 huevos, 12 cucharas de azúcar y 250 gramos de chocolate negro.
Empezamos batiendo las claras a punto de nieve, luego le ponemos el azúcar poco a poco, cuando esté bien disuelta echamos las yemas y por último le ponemos el chocolate que habremos derretido con una cuchara de leche.
Al mezclar el chocolate se licua bastante pero no hay que asustarse después de unas horas de frío coge consistencia. Alguna vez, que lo he hecho con poco tiempo antes de comerlo, lo he puesto en el congelador 1 hora más o menos.
Se puede añadir el toque crujiente poniendo por encima o en un bol aparte, almendras tostadas y molidas.
Debo aclarar que los huevos van crudos y no es aconsejable usarlos, a veces lo hago con claras pasteurizadas y las yemas las mezclo con el chocolate caliente, aunque no llegue a la temperatura mínima para que queden pasteurizadas. En definitiva lo ideal es hacerlo con claras y yemas pasteurizadas, las claras se encuentran fácilmente en cualquier supermercado, pero las yemas yo no he conseguido encontrarlas.
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